Katy Colins, era una chica como cualquiera, quien enamorada de su novio, y con 31 años de edad, buscaba cumplir sus sueños, los cuales había plasmado en metas junto con él desde que se habían comprometido en matrimonio. Planeaban casarse, vender sus cosas e ir a vivir a la playa, en donde nadarían todos los días, tendrían y criarían a sus hijos, o si no, tendrían un par de perros. Serían felices. Pero él de repente cambió de planes, y ya no quiso casarse. Las dudas que sentía dese unas semanas antes de la boda se convirtieron en lo suficientemente fuertes para cancelarla.
Esto le rompió el corazón a Katy Colins, quien no dejaba de llorar todas las noches, pensando en lo que hubiera sido, preguntándose qué había hecho mal, o qué hubiera podido hacer mejor. Él simplemente se fue y no le dio mayores explicaciones.
Pasaron algunas semanas y ella seguía igual, hasta un día, en el que decidió que no lloraría más, y que no necesitaba a nadie más para cumplir algunos sueños. Si bien los que tenía con su ahora ex novio eran su mayor ilusión, tenía otros, los que adaptó para vender todas sus cosas, sus muebles, ropa, y hasta su casa, para irse a viajar sin pensar en cuándo regresar.
Esto le dio la oportunidad de llamar la atención de una editorial. Estaban muy interesados en lanzar una línea de libros de viajes con consejos para personas que como ella viajaban solos, pero que no sabían cómo hacerlo, o cómo sacarle el mayor provecho a estar a solas en diferentes lugares del mundo.
Todo fue un verdadero éxito, y los libros le generaron una satisfacción que pocas veces en su vida pudo imaginar lograr, y que nunca pensó que lograría en los libros.
Luego llegó un día bastante especial, conociendo a John Siddle, un periodista quien buscaba entrevistarla para publicarla en el periódico para el cual trabajaba, el Liverpool Echo. Lo que ella no sabía era que él la había estado leyendo desde hacía un buen tiempo, y conforme lo hacía se interesaba más y más en ella, en entrevistarla para su trabajo, y en conocerla de manera personal, ya que se había llegado a en cierta forma enamorar de ella.
Tras conocerse ambos quedaron muy interesados, y no solo eso, ya que aunque tenían que verse por cuestiones de trabajo, no todas las citas eran de eso, y se veían para ir a cenar o al cine, hasta que la relación germinó en un noviazgo, y luego e comprometerse a casarse, lo cual hicieron.
Pero su historia no paró ahí, ahora ambos esperan un bebé, y sus sueños están haciéndose realidad, justo antes de otros más que ella se impulsó a lograr.
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