Siempre cometemos el error de referimos a alguna persona como ‘animal’ cuando supuestamente actúa de mala manera… y decir que somos ‘humanos’ cuando ayudamos a alguien que lo necesita. Pero no podríamos estar más equivocados en éstos conceptos. Ya que justo son los animales los que más muestran compasión y se ayudan entre sí en los momentos más difíciles, y no así los seres humanos. Lo que hizo esta hermosa perrita es un verdadero ejemplo a seguir.
Ella es Lana, una linda perrita de 8 meses de edad que vive con Suelen Schaumloeffel, quien la rescató de la calle, en Brasil. Lana estaba sufriendo en las calles sin poder comer, sin tener un refugio, y cuando Suelen la encontró de inmediato pensó en ayudarla. Ahora la ha adoptado, pero justo Lana le dio una prueba muy clara de que ella también gusta de ayudar a los demás.
Una noche de frío intenso Suelen vio como Lana iba de un lado a otro en la casa, salía y entraba, y la última vez que la miró iba arrastrando con el hocico su cobija preferida, con la que la perrita se tapaba en días como éstos. Cuando notó que Lana no había regresado, fue a buscarla, y entonces la encontró realizando uno de los actos más impresionantes posibles.
Resulta que Lana había llevado su cobija para compartirla con un perrito de la calle, y se las arregló para pasarle una parte por entre las rejas de la casa de Suelen, y así entonces se acomodaron ambos para pasar la noche. Al verla, Suelen no pudo más que conmoverse, y como vio que el perrito se asustaba cada que se le acercaba, decidió que era lo mejor dejarlos a solas para que pudieran dormir cubiertos del frío.
“Pensé que era hermoso lo que estaba haciendo por su amigo. Mi mejor amiga de cuatro patas me acaba de recordar algo verdaderamente importante: generosidad”, comenta Suelen, quien asegura que desde ese día ha tratado de ayudar al perrito callejero, pero es tan miedoso de las personas que cada que ella se le acerca sale corriendo. Espera que en algún momento pueda lograr ayudarlo de mejor forma, consiguiéndole un hogar, pero por lo pronto le deja comida y agua todos los días junto a la reja.
“Ella es la mejor perrita que he conocido. A veces olvidamos las diferencias a las que la vida nos enfrenta. Ella me recordó eso”, agregó Suelen.
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